Por extraño que parezca el testamento sigue siendo un gran desconocido para la mayoría de la gente, no ya por lo que significa el mismo, si no por las implicaciones que tiene el hecho de otorgarlo o no. Seguramente cuando se nos pasa por la cabeza la idea, por fugaz que sea, de la conveniencia o no de hacer testamento o cómo se hace, o qué se necesita, la apartamos con tanta o mayor rapidez con la que nos ha venido, más que nada porque creemos que pensar o prever ese tipo de cosas es de «mal fario».

Superada esa superstición, que como todas no tienen apoyo racional alguno, el otorgar haber otorgado testamento puede suponer una gran diferencia ya que con él vamos a ordenar, de forma exhaustiva y clara, a quién le dejamos y qué le dejamos, por lo que las «sorpresas» son inexistentes a la vez que el testamento, por su naturaleza revocable, puede sufrir múltiples variaciones en función de cuál sea nuestra voluntad en cada momento con lo que podemos otorgar tantos testamentos como deseemos, eso si, siendo siempre el válido y el que regirá nuestra sucesión aquél que hayamos otorgado en última instancia.

Se necesita bien poco, nuestros datos y una idea de cómo queremos que se repartan nuestros bienes cuando ya no estemos, no es necesario realizar un inventario de lo que tenemos, a no ser que quiera realizarse un reparto individualizado de los bienes, por lo general la institución de heredero se hace con carácter universal. No se necesita nada más.

Evidentemente siempre recomendaremos el consejo de un profesional del sector con el que se perfilarán todos aquellos otros detalles que fueran necesarios y se resolverán todas las dudas que sin duda surgen al otorgar este tipo de documentos. En este sentido en nuestro despacho no solo recibirán aquella orientación básica que puedan precisar para otorgar el testamento que necesitan, si no que además se pondrán de relieve aquellas otras implicaciones que puedan derivarse del testamento que se otorga, sobretodo de índole fiscales, que en demasiadas ocasiones son las grandes olvidadas.

Como decimos la importancia del testamento no es pequeña, ya que de no otorgarse, de no existir, el procedimiento de la aceptación de herencia siempre es más largo y costoso, económicamente hablando, ya que los posibles herederos deberán otorgar una declaración de herederos ab intestato, notarial para los descendientes y ascendientes, y judicial para los colaterales, siendo en este segundo caso, más largo y costoso aún para poder adjudicarse la herencia dejada.